Los vehículos eléctricos nos resultan innovadores y los asociamos al futuro. Sin embargo, su historia es larga y llevan mucho más tiempo del que pensamos con nosotros. De hecho, se ha cumplido ya más de un siglo desde los primeros descubrimientos en esta materia. Hoy te contamos cuál fue el primer ciclomotor eléctrico y cómo han evolucionado hasta hoy.
Para conocer los orígenes de los vehículos eléctricos, hay que remontarse al siglo XIX. En 1880, Gustave Trouvé, un ingeniero eléctrico francés, mejoró la eficacia de un motor eléctrico que había desarrollado Siemens. Para ello, modificó el acumulador y lo montó sobre un triciclo de la marca Starley. Este se convertiría en el primer vehículo eléctrico de la historia, pero aunque lo paseó por el centro de París en 1881, no consiguió una patente.
Algunos años después, en 1895, la empresa británica Humber, que también llevaba algún tiempo investigando en este ámbito, consiguió lanzar una motocicleta eléctrica. Si bien tampoco tuvo demasiado éxito, este primer ciclomotor eléctrico sentaría las bases para los modelos que se fueron desarrollando después.
En esta misma época, apareció una bicicleta eléctrica en la exposición Stanley Cycle Show, que llevaba un motor delante de la rueda trasera y que funcionaba con una batería. Hay quienes consideran que este fue el primer ciclomotor eléctrico.
Ya en 1919, el fabricante Ransomes, Sims & Jefferies desarrolló algunas pruebas para una moto eléctrica. Con nada de éxito, hubo que esperar al año 1936, para que los hermanos Limelette crearan una empresa de motos eléctricas, Socovel, que después de 400 unidades, también tuvieron que interrumpir el negocio.
Un poco más cerca de nuestro tiempo, en 1940, Earle Williams convirtió una motocicleta común en una eléctrica, y a finales de la década de los 60, Indian Motorcycle creó un prototipo, y en los 70 se alcanzaron los 162 km/h en una moto eléctrica.
El siglo XXI podría considerarse ya el año de los vehículos eléctricos, a partir de que en 1996, la moto Scoot´Elec fabricada por Peugeot consiguiera ser producida en masa. Por su éxito, otras marcas comenzaron a apostar por la movilidad eléctrica, con múltiples récords en el incremento de la velocidad.
En las últimas décadas, los avances han seguido evolucionando y se han desarrollado nuevas variantes de vehículos eléctricos, que están más cerca del ciclomotor eléctrico que de un coche en sí mismo. Es el caso de AIXAM y los coches sin carnet. De acuerdo con las normativas actuales, están considerados cuadriciclos ligeros y se caracterizan por tener una velocidad máxima de 45 km/h, como los ciclomotores, pero tener dos plazas y una capacidad de 8 KW con un motor que no supere los 500 cc.
Las nuevas regulaciones vigentes están poniendo limitaciones cada vez mayores a los vehículos de combustión. Por lo tanto, estos coches eléctricos, que llevan desarrollándose más de un siglo, son los que veremos llenar las carreteras en los próximos años.
La gama e-AIXAM no solo incluye vehículos que son eléctricos 100% eléctricos. Con su motor Kubota, sus emisiones son las más bajas que puedes encontrar en el mercado y son cero en CO2 y en contaminación acústica. Se trata de una marca japonesa, que se encarga en exclusiva del suministro de estos motores para AIXAM. Otras ventajas que ofrecen son la durabilidad, la resistencia y la calidad.
Pero además de las características inherentes a un vehículo eléctrico, los coches sin carnet AIXAM no requieren del permiso de conducir B de los turismos tradicionales, sino que tienen otros requisitos para ser conducidos y solo necesitan el mismo que un ciclomotor eléctrico, es decir, la licencia AM.
Fabricados desde 1975, ahora puedes conducir estos coches sin carnet y eléctricos acercándote al concesionario más cercano. Vehículos compactos, con diseños atractivos y modernos y con las últimas tecnologías a bordo para que disfrutes de una experiencia completa en entornos urbanos.
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