Las baterías eléctricas son el 'corazón' de la electrificación y de los vehículos que nacen para satisfacer las demandas de la movilidad sostenible. Son uno de los elementos más importantes, ya sea en un coche sin carnet AIXAM o en un vehículo convencional, porque es el componente que permite tener una movilidad mucho más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Pero para entender su importancia y el impacto que tiene en la movilidad actual también es imprescindible conocer su historia, los avances que se han producido y la mejor manera de cuidar las baterías eléctricas. Si quieres descubrirlo, ¡sigue leyendo!
La evolución de las baterías en vehículos eléctricos ha sido notable. Las primeras que se empezaron a fabricar eran de plomo-ácido, muy eficaces dentro de la simplicidad. Sin embargo, presentaban muchas limitaciones en términos de peso y de capacidad de almacenamiento. Fueron importantes en los primeros experimentos con vehículos eléctricos, pero poco a poco evolucionaron hasta las de iones de litio que conocemos en la actualidad.
Pero antes de llegar a ellas pasamos por las baterías de níquel-hierro y las de níquel-cadmio, que por un momento fueron una buena alternativa. Ahora bien, las baterías eléctricas de iones de litio han revolucionado por completo la industria de los vehículos ligeros. Ofrecen una excelente densidad de energía, son mucho más ligeras y tienen una mayor eficiencia de carga. Y, por supuesto, abordan muy bien las limitaciones de sus predecesoras.
De ahí que sean las más utilizadas en los vehículos eléctricos actuales, porque ofrecen una excelente densidad de la energía. Son muy ligeras, se cargan en mucho menos tiempo y también son más eficientes en términos de almacenamiento y liberación de la energía.
La investigación y los desarrollos en el ámbito de las baterías eléctricas son notables. Uno de los componentes que más han evolucionado son los electrolitos. En las baterías tradicionales, los electrolitos líquidos son propensos a sufrir fugas y a limitar la densidad de la energía. En cambio, los electrolitos sólidos ofrecen mejoras notables.
Al eliminar el componente líquido, se mejora la seguridad de las baterías al tiempo que se reduce el riesgo de incendios y fugas. Este avance en la seguridad beneficia a los usuarios y también contribuye a una mayor aceptación de los vehículos eléctricos.
La adopción de electrolitos sólidos también tiene un impacto positivo en los tiempos de carga. Al eliminar las limitaciones que imponen los electrolitos líquidos, las baterías pueden aceptar una carga más rápida sin comprometer la seguridad. Este avance se traduce en una experiencia de carga más eficiente para los propietarios de vehículos eléctricos, acelerando el proceso y ofreciendo una mayor comodidad.
Otro beneficio importante es la capacidad para aumentar la durabilidad de las baterías. Al reducir la degradación de los materiales internos, las baterías eléctricas pueden mantener su rendimiento durante más ciclos de carga y descarga. Así, estos componentes tienen una vida útil mucho más larga y también se reduce la frecuencia de reemplazo. Esto, a su vez, es sinónimo de disminuir los costos para mejorar la sostenibilidad general de los vehículos eléctricos.
La duración de las baterías eléctricas es una de las cuestiones que más valoran los usuarios de coches eléctricos. Y más allá de la capacidad estándar, es importante hacer un buen mantenimiento diario. Estos son los consejos que deberías tener en cuenta para tu coche eléctrico:
Y ahora que ya sabes un poco más sobre las baterías eléctricas, el siguiente paso es descubrir tu nuevo coche sin carnet AIXAM de la gama e-AIXAM. Visita tu concesionario más cercano y déjate sorprender por las ventajas de estos vehículos.
