Reducir el consumo de combustible es una necesidad, tanto por normativa como por el medioambiente. Pero esta obligación, por parte de cada persona, también tiene un impacto en la economía familiar.
El combustible no es un recurso infinito. Por eso, las búsquedas para encontrar nuevas fuentes de petróleo son constantes. Sin embargo, incluso de existir, su extracción no solo es compleja, sino que además tiene un gran impacto en el medioambiente. Y no precisamente positivo.
Por otra parte, la contaminación del aire también perjudica a la salud de los seres humanos. Por todas estas razones, es que tenemos nuevos objetivos y normativas que limitan el uso de los vehículos de combustión. Se trata de luchar entre todos contra el cambo climático, que es fruto de las acciones de los humanos durante décadas.
Pero además de por estas cuestiones relacionadas con el medioambiente y la sostenibilidad, reducir el consumo de combustible también tiene un impacto directo en nuestra economía. Puesto que el precio de aquel se ha incrementado en los últimos años y no parece que vaya a bajar, apostar por una conducción eficiente siguiendo las normas de tráfico es la opción más viable.
Conduce de forma suave y evita los acelerones
La agresividad al volante equivale a hacer aceleraciones bruscas y dar frenazos innecesarios. Este tipo de conducción se suele dar cuando vamos con prisa o estrés. En lugar de prestar atención a todo entorno o a los vehículos más alejados, solo nos fijamos en el que está delante. Además de incrementar el riesgo de un accidente, también se eleva el uso del combustible.
Lo ideal es tratar de mantener una velocidad constante y usar el freno motor cuando sea posible. Para ello, hay que ir relajados y observar todo lo que nos rodea para adelantarnos con las maniobras.
Respeta los límites de velocidad
Conduir por encima de los límites legales pone en riesgo la seguridad, pero además, se incrementa el consumo. Por ejemplo, a 120 km/h un coche consume mucho más combustible que a 90 km/h. Así que, de nuevo, intenta mantener una velocidad constante, pero también adecuada para la vía en la que te encuentras.
Aprovecha las marchas largas
Cuando circules por carretera, utiliza marchas largas a bajas revoluciones, ya que así se reduce la exigencia del motor y, por ende, el gasto de combustible. No obstante, las revoluciones adecuadas varían de un modelo a otro, por lo que debes seguir las recomendaciones del fabricante.
Revisa la presión de los neumáticos
Otra forma de reducir el consumo de combustible es a través de la presión de los neumáticos. Si esta no es la adecuada, que también varía de un vehículo a otro, se genera más resistencia al rodaje y, por tanto, se consume más gasolina. No debe estar ni por encima ni por debajo de lo recomendado. Es conveniente revisarla con regularidad.
Apaga el motor en paradas prolongadas
Si circulas por ciudad y hay atascos con frecuencia, apaga el motor si hay que parar durante más de un minuto. Hoy en día, existen los sistemas start-stop automáticos, que reducen el gasto en esta situación.
Reduce el peso y mejora la aerodinámica
Tener objetos que no usamos en el coche o tener un portaequipajes que no se necesita frecuentemente también dificultan el reducir el consumo de combustible. Otra costumbre poco eficiente es circular con las ventajas completamente bajadas a velocidades elevadas, por una cuestión de aerodinámica.
Mantén el coche en buen estado
El mantenimiento de un coche incluye cambiar los filtros de aire, el aceite, revisar la batería, etc. Todas estas pequeñas acciones para que esté a punto te ayudarán a consumir menos combustible.
Si buscas una opción que combine eficiencia, seguridad y que te ayude a reducir el consumo de combustible, lo que necesitas son los coches sin carnet AIXAM. Al ser cuadriciclos ligeros, tienen un consumo muy reducido, que se debe a la limitación en su velocidad.
Son perfectos para circular por ciudad donde hay atascos frecuentes, por su tamaño compacto y su motor optimizado para este entorno. Además, cumplen con las normativas de emisiones más estrictas, así que son sostenibles y económicos.
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