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Qué es la velocidad de carga y cómo afecta en tus desplazamientos en vehículo eléctrico

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La presión por buscar alternativas sostenibles es ya una realidad en el sector de la automoción. Y no solo se trata de una preferencia por parte de los consumidores, sino que las normativas obligan a seguir este camino. Los vehículos eléctricos, que se posicionan como la opción más ecológica del momento, funcionan con baterías. Cada uno de los tipos disponibles tiene unas características determinadas, y hoy nos centramos en una de ellas: la velocidad de la carga. Te contamos qué es y cómo repercute en tus desplazamientos con estos vehículos. 

¿Qué es la velocidad de carga?

La velocidad de carga de un vehículo eléctrico hace referencia al tiempo que tarda una batería en recargarse cuando es conectada a una fuente de energía externa, ya se trate de la corriente eléctrica de casa o de un punto de recarga en la vía pública. Es variable tanto entre marcas como en modelos.

Su importancia reside en que está directamente relacionada con la autonomía del vehículo en cuestión, es decir, con los kilómetros que pueden circular hasta que vuelve a agotarse, y con el tiempo que es necesario esperar entre un uso y otro. 

Otro aspecto relevante en lo que se refiere a la velocidad de carga es la potencia que tenga la batería. Esta se mide en kilovatios (kW), mientras que la capacidad de la batería se mide en kilovatios por hora (kWh). Cuanto más elevada sea, mayor será la rapidez con la que se cargue. Por otra parte, cuanto mayor sea la autonomía del vehículo, más tiempo será necesario para completar la recarga. 

Para solventar estos problemas, ya que repercuten directamente en la planificación de los viajes y en el uso en general del vehículo, existen distintas opciones para la carga de la batería. Estas son la carga lenta, que es la que se realiza por la noche o mientras no se necesita el vehículo; la semirrápida, cuando hay una disponibilidad de tiempo intermedia, y la ultrarrápida o atendida, cuando se necesita una carga completa en poco tiempo para un uso prolongado. 

Factores que afectan la velocidad de carga

Como hemos visto, en función del tiempo del que se disponga, se puede utilizar un tipo de recarga u otra. Pero, ¿de qué depende la velocidad de carga de la batería?

Capacidad

Cuanta mayor sea la capacidad de la batería, más tiempo tomará cargarla por completo, incluso con un cargador de alta potencia.

Tipo de cargador

Los vehículos eléctricos pueden cargarse en diferentes tipos de estaciones de carga, que se clasifican según su potencia. Los cargadores de nivel uno, que se conectan a un enchufe doméstico estándar, suelen ser los más lentos, y se corresponden con el primer tipo que vimos en el punto anterior. Los niveles dos y tres son de carga rápida, semirrápida y ultrarrápida, y requieren menos tiempo para completarse. 

Estado de la batería

La velocidad de carga puede variar según el estado de la batería. Una batería más descargada puede aceptar una carga más rápida al principio, pero a medida que se acerca al 100% de carga, la velocidad se ralentiza para proteger la vida útil de la batería. También, con el paso de los años y el uso, tanto la capacidad como la velocidad se van deteriorando. 

¿Cómo repercute la velocidad de carga en los desplazamientos?

La velocidad de carga tiene un impacto significativo en los desplazamientos diarios y en los viajes de mayor duración. En función del tipo de trayecto que se deba realizar; esto es, el tiempo necesario o los kilómetros a recorrer, se necesitará una carga en concreta. Por tanto, hay que valorar tanto la carga que queda disponible en la batería y la necesidad de recargarla antes o durante el trayecto. No solo por comodidad, sino porque quedarse sin batería puede ser motivo de multa por la DGT. 

Para ello, y sobre todo en los viajes largos, es necesario conocer cuáles son las estaciones de carga disponibles en la vía pública, de manera que se pueda mantener la autonomía. En estos casos, o cuando la batería tiene una autonomía menor de la requerida, se deben planificar los desplazamientos y los momentos en los que se recargará. Lo habitual es cargarlas por la noche o cuando no se necesita el vehículo de inmediato. 

En conclusión, si estás pensando en comprar un coche eléctrico y no tienes claro qué tipo de batería, debes poner en relación tus necesidades de movilidad, en tiempo y kilómetros, y ponerlos en relación con la capacidad de aquella. Los cuadriciclos eléctricos de AIXAM utilizan las baterías LifePO4, que ofrecen buenas prestaciones y tienen un coste bajo, pero que además tienen la suficiente autonomía para circular por el interior de las ciudades, que es su uso concreto al ser coches sin carnet con velocidad limitada. Con una autonomía de 130 km y una velocidad de carga inferior a las cuatro horas, son perfectos para desplazarse en entornos urbanos. Si quieres conocer más detalles, ¡encuentra tu concesionario más cercano!

28/08/2023